universidades
 
 

Dos días de descanso en la playa de Guasacate para reponer fuerzas y prepararnos para acometer la petición del Rectorado de UNAN Managua para visitar todas las regionales que nos diera tiempo antes de las vacaciones de Semana Santa. Una confirmación a meses de trabajo y que todos acogimos con mucha alegría. Y una vez más, sin negarnos a la oportunidad que nos brindaba la vida, de contactar con mucha más gente en toda la geografía nicaragüense.

Así que metidos con nuestras mochilas de ropa en la camioneta y dispuestos a dormir en no se sabe donde, el martes 12 de abril pusimos rumbo a León. León es una ciudad universitaria y así se percibe, mucha gente joven en las calles y una de las universidades más antiguas de Nicaragua (antigua de vieja, y antigua también de solera). Los más de 200 alumnos asistentes conectaron todos no solo con lo que se ‘ve’ y se ‘oye’, sino con lo que se ‘siente’, con el alma del documental. Si, este documental tiene alma y está configurada por las sinceras palabras cuya fuente es el alma de cada uno de los entrevistados. Y lo que se produjo en esta proyección (y en todas las demás) es la relación humana más elevada. hablarse de corazón a corazón.
Dormimos en la casa Marian ya que la Casa de Protocolo (una residencia especial de la UNAN de León que acoge a sus invitados) estaba llena de Rectores de Centro América. Pero la casa Marian es acogedora, limpia, barata, y sobre todo nos hizo sentirnos como en casa. Y no quiero dejar de mencionar a Doña María y a Doña Carmen que nos atendieron en la Casa de Protocolo ofreciéndonos los manjares más exquisitos que son los que uno ofrece con amor.
Y el miércoles 13 llegamos a Estelí, la ciudad de Mayro, y que junto a la proyección por la tarde del mismo día en Matagalpa, supuso nuestra presencia en la región más industrial y de negocios de Nicaragua. Después de buscar mucho dimos con un refugio construido por Fernando un español cerca de Matagalpa. Y de nuevo fuimos acogidos por sonrisas, amabilidad, y mucho amor y con pena de marcharnos.
Pero teníamos un largo camino para llegar a las 10 de la mañana a Juigalpa. En el largo camino y osando contradecir al destino, intentamos cancelar esa proyección. Menos mal que María Helena no lo permitió ya que llegamos a una región de las más hermosas de Nicaragua. Una región básicamente ganadera. Y una universidad llena de estudiantes de agricultura. Nos dio tiempo para comer en el comedero más rico y a seguir para llegar a nuestro fin de viaje, Jinotepe.
Y de allí tarde ya para Nicaragua (9 de la noche) nos pusimos de camino a casa (Guasacate) ya que al día siguiente había prometido ir hasta la escuela de Cañas de arriba. Pero esa es otra historia que mañana os contaré.

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